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Rosario Iluminado Bilingue

  • Foto del escritor: Saint Henry
    Saint Henry
  • 11 jul
  • 2 Min. de lectura

La Misa en honor de la novena del Día de la Madre fue verdaderamente hermosa, llena de una atmósfera de reverencia y gratitud. La iglesia estaba adornada con arreglos florales y velas, creando un ambiente sereno que reflejaba el amor y el aprecio que tenemos por nuestras madres. La música fue edificante, con el coro armonizando bellamente, realzando la experiencia espiritual para todos los asistentes. Después de la misa, nos trasladamos al salón parroquial, donde se había preparado un Rosario Iluminado excepcionalmente especial, preparando el escenario para un momento de reflexión y oración colectiva. Toda la comunidad participó con entusiasmo, con familias e individuos uniéndose, unidos en su devoción. El Padre Warren dirigió magistralmente todo el evento, guiándonos a través de cada oración y meditación, creando una experiencia verdaderamente unificada y espiritual para todos los presentes.


Una Noche de Oración y Conexión


Al concluir el rosario, todos los asistentes se unieron en una significativa procesión al exterior, lo cual fue una hermosa vista. Nos reunimos junto a la Bandera de los Estados Unidos, donde se colocó una imagen de la Virgen María, rodeada por todas nuestras intenciones sinceras escritas por los miembros de la comunidad. Cada sobre representaba una historia personal, un recuerdo o una oración por nuestras madres, y la atmósfera estaba cargada de emoción y sinceridad. El Padre Warren procedió luego a ofrecer una oración especial dedicada a todas las madres, un momento que resonó profundamente en todos. Sus palabras estaban llenas de calidez y compasión, recordándonos los sacrificios y el amor que las madres dan incondicionalmente. Fue un momento conmovedor que hizo llorar a muchos, mientras reflexionábamos sobre el profundo impacto que las madres tienen en nuestras vidas.

Toda la noche fue increíblemente especial y profundamente conmovedora. Hubo lágrimas de alegría y gratitud, rostros felices iluminados por el suave resplandor de la luz de las velas y, lo más importante, todos estaban reunidos, unidos en oración al Señor bajo la maravillosa dirección del Padre Warren. El sentido de comunidad era palpable, ya que todos compartimos la experiencia colectiva de honrar la maternidad. Fue un poderoso testimonio de la fuerza y la fe de nuestra comunidad, mostrando no solo nuestra devoción sino también nuestro compromiso de apoyarnos mutuamente a través de la oración y el amor. Esta reunión sirvió como un recordatorio de los lazos que compartimos y la importancia de unirnos en la fe, especialmente durante momentos tan significativos de recuerdo y celebración.


 
 
 

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